lunes, 6 de noviembre de 2017

Reseña: Wild Evel & The Trashbones - Digging My Grave (Dirty Water Records, 2017)




Si dentro del garage contemporáneo existe una persona que ha logrado posicionarse como un emblema del movimiento e inclusive cuenta con una infinita cantidad de burdos imitadores alrededor del mundo, seguro se trata del cantante austriaco Wild Evel, quien ha hecho de sus gritos esquizofrénicos, sus maniáticas gesticulaciones y los pantalones apretados sus principales características.

Con la llegada del Siglo XXI, Wild Evel hizo su arribo al panorama mundial siendo el frontman de The Staggers, un sexteto de garage-punk que publicó un par de LP's, numerosos 7" y realizó extensas giras por todo el mundo, incluido México. Pero tal vez fue el agitado estilo de vida el que provocó la triste separación del conjunto, el cual sólo ofreció un insólito concierto el año pasado dentro del festival anual del sello alemán Soundflat Records (como en su momento lo documentamos), aunque no existen más planes a futuro.

En ese sentido, desde antes de la separación de The Staggers, el espigado cantante optó por armar un nuevo proyecto al que bautizó como Wild Evel & The Trashbones y el que, a grandes rasgos, mantiene exactamente el mismo sonido y espíritu que su anterior proyecto, tan sólo se trata de otros integrantes.

En esta ocasión, el cuarteto está conformado por Paul Howl (guitarra), Murphy Morphine (bajo), Berni T. Bone (batería) y el propio Wild Evel que ahora no sólo canta y gruñe sino que también ejecuta el teclado farfisa.

Exactamente un lustro después del lanzamiento de su primer LP, Tales From The Cave, ahora el combo presenta su segundo álbum a través del sello inglés Dirty Water Records, en el que, por fortuna, se mantiene el mismo estilo y sonido con el que se dieron a conocer y el que les ha valido encabezar importantes festivales europeos como el Cosmic Trip (Francia), Gutterball Festival (Noruega), Le Beat Bespoke (Inglaterra) y Sauzipf Rocks (Austria).

El material arranca con "Der Bucklige", un frenético tema instrumental de poco más de un minuto de duración que sirve de anticipo a la carnicería musical que se escuchará durante la siguiente media hora. A su vez, el resto del álbum se caracteriza por la guitarra fulminante con fuzz y un sudoroso sonido que retoma lo patentado por agrupaciones de los sesenta que cimentaron el punk como The Sonics, The Wailers y MC5.

Como es de suponerse, la diversión es una parte esencial del material y es por eso que destaca el tema "Coyote", el cual se puede considerar como un cover del clásico "Comanche" de Link Wray. Por otra parte, también se debe destacar "Why Can't We Be Like The Satelliters?", que en realidad se trata de una versión actualizada de la misma canción con la que Wild Evel & The Trashbones participaron en un split lanzado junto al conjunto alemán The Satelliters (recomendamos leer nuestra reseña de su álbum más reciente) en el 2011.

Por último, vale la pena destacar la portada, creada por el propio Wild Evel, quien aparte de ser músico también se dedica al dibujo y ha realizado el arte de lanzamientos de diversos grupos, siempre con un estilo personal caracterizado por los personajes terroríficos de filosos dientes y el color rojo, lo cual complementa de forma idónea su vertiente musical.


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